Ir al contenido principal

Entradas

Destacado

Relaciones Parte I

Es una verdad mundialmente reconocida que no volvemos a tener comunicación alguna con las personas con las que compartimos centros de estudios. Tenía 15 cuando me fijé en una persona por primera vez, reconocí el conjunto de sentimientos que me provocaba estar cerca de él y lo bien que se sentía cada vez que me miraba o intercambiamos palabras. Era un sueño. Para una chica como yo, que no tenía experiencia amorosa, me sentía como en una de las tantas historias románticas que me había devorado, como buena amante común y cliché de Orgullo y Prejuicio, anhelaba muchas cosas, entre ellas, el perfecto Darcy que pueda mirarme y decir sin más lo que sentía. Y si, con toda esa arrogancia que más que desagradable, era un atrayente tan fuerte como un atractivo físico, pero déjenme, esa era mi yo inmadura al cien por ciento, ahora solo estoy en un veinte por ciento menos. Duró un mes quizás, el pequeño enamoramiento, no fue hasta que un nada sutil engaño lo culminó. Sigo agradecida por eso. Pero e

Últimas entradas

El comienzo